Te creíste sin nada que perder
Pero ahora ante mí debes responder
Ingenua, tratarás de escapar
Ya dictada la sentencia
A la muerte destinada
Por mi mano ejecutada
Cruel, carente de advertencia
Diestra blandiendo el arma de justicia
Erraré, pues es propio de humanos
Pero no esperes para ti un fin sano
Cobraré tu vida con avaricia
Terminó la experiencia
Ya puedo cantar victoria
Ni oración por tu memoria
Ni lamento por tu ausencia
(Breve improvisación sobre el exterminio de arañas a base de escobazos en el apartamento de Salou. Por otro lado, ya tocaba hacer honor a mi seudónimo)
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Para terminar, la canción que nos tiene a las tres cabezas pensantes encandiladas estos días, gracias a Lorena:
Me gusto mucho...Descubri tu blog de casualidad. Me encanta, asi que me vas a tener seguido..
Un beso.
Paz y bien.