
Estaba a menos de dos calles de mi casa, saboreando ya el sabor del íntimo escondite del mundo que es mi cuarto y de la victoria de quitarme los zapatos y beber un vaso de agua, cuando el semáforo se puso en rojo.
Hasta entonces había omitido que en el mundo hubieran otras realidades que no fuera yo y el descanso de mi hogar, me di cuenta de que en esa calle había más personas cuando oí:

La mujer la miraba atenta y sonriente, mientras con el rabillo del ojo miraba el semáforo.
-Mamá, yo seré un gato, y tú serás mi mamá gato. Miau, miau, miau.

La diminuta niña-gato se balanceaba con la mano de su madre, mientras maullaba con los ojos entornados hacia su ella, "miau, miau", giraba a su alrededor. Pero la niña-gato se puso en frente de la mujer, seriamente, y dejo de maullar, fue cuando la duendecilla utilizo el lenguaje humano, extendió las manos y dijo:
-Pero tú entiendes todo lo que te digo ¿eh? (Para que quedará bien claro y siguió canturreando) "Miau, miau, miau"
Y en ese momento la madre bajo su mirada, le tendió la otra mano, sonrió y le contestó asintiendo:
-¡Miau, miau, miau!
En ese momento el semáforo se puso en verde y yo tuve que dejar de ver a la mamá gata y a su hija, pero todavía las oía maullar...

QUe pocholada, y justo que una de mis gatas ha tenido 2 gaticos.... uno parece que tiene un antifaz... hace una semana que los pario son de cucos me los has recordado.
que locura jaja,puuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuttttttttttttoooooooooooooooooooooooooooooooosssssssss!!!!!!!!!!!!!!!! ajajajaja XD............
awww