Lo primero de todo: en avión desde Madrid hasta Lakselv. Coger el vuelo fue ya en sí mismo una aventura, pero lo de los aeropuertos merece entrada aparte. En fin, que hemos llegado a Noruega.
Las frases que nos dijo la guía aplicables a este país son: "Todo depende" y "Esto es lo que hay". Todo depende del tiempo, que, por cierto, es bastante fresquito obviamente. Quiero decir con ello que el verano allí es como un invierno de las zonas más cálidas de España. Eso sí, mientras los turistas españoles tiritábamos con el abrigo, la gente de allí se sentía cómoda con una chaqueta o incluso en manga corta. Y además te miraba como si fueses un bicho raro.
El "esto es lo que hay" viene de que Noruega es a) un sitio muy poco poblado, sobretodo por el norte: es poco más de la mitad de España en extensión pero tiene la décima parte de población, concentrada en Oslo, la capital, que tiene medio millón de habitantes; y b) no está para nada preparada de cara al turismo, entre otras cosas, porque su principal ingreso es el petróleo.
Pero lo más curioso de todo es su "día" y su "noche", por decirlo así. Y es que en verano, no se pone el Sol, sino que es todo el día de día, valga la redundancia. Evidentemente, la luz no es tan fuerte como en España, pero al principio se hace difícil conciliar el sueño, porque, tratando de aprovechar al máximo la luz solar, ¡no tienen persianas!
Otras cosas generales que hay que saber de Noruega son: no pertenece a la Unión Europea, su moneda es la corona noruega (1 corona noruega = 0,11 euros) y el idioma es el noruego, aunque en toda Escandinavia hablan un inglés muy abierto que entiendo incluso yo (y eso es decir mucho) gracias a que en la tele ponen muchas cosas en inglés con subtítulos...deberíamos tomar ejemplo.

Bien, continuemos. De Lakselv fuimos a
Karasjok, la capital de los sami (también llamados lapones o esquimales). Son el pueblo habitante de Laponia, región que ocupa el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Sólo son unos 100.000, la mayor parte de los cuales viven en la región noruega de Finmark. Tienen su propio idioma, se dedican a la cría del reno, la pesca y la artesanía, y son morenos, de pelo liso y ojos rasgados, por lo que se cree que vinieron de Asia. Los samis tienen una curiosa teoría sobre el origen del mundo: éste es una gran reno macho blanco. Su piel es la tierra, su sangre los ríos, sus ojos las estrellas y su corazón puedes oírlo si pegas la oreja al suelo, pues late en el centro del planeta y está conectado a todos los seres vivos. El día que se pare, se acabará el mundo.

De Karasjok nos trasladamos a la isla de
Magerøya, concretamente a la ciudad de Honningsvåg (leído suena a algo así como "Jónisvo"). Brevemente comentaré lo que se puede hacer por aquí: excursión en barco a la Isla de los Pájaros (en realidad no es para ver gaviotas, cormoranes, frailecillos, águilas pescadoras y focas...sino que es una prueba a ver cuánto tiempo aguantas en cubierta sin congelarte para diversión de la tripulación noruega, estoy segura), visita al Ártico Ice Bar, dirigido por españoles con, en mi opinión, mucho mérito, porque para irse hasta allí en Marzo para sacar hielo en bloques de los lagos para recontruir el bar se necesita algo más que las ganas; y por último no se puede dejar de ir a Cabo Norte.

Cabo Norte,
Nordkapp en la lengua local, es el punto más septentrional de Europa. Perdón, qué despiste el mío, quería decir que es el punto más septentrional de Europa para los turistas. Porque en realidad hay uno que le gana: el cabo Knivskjellodden, casi 2 km más al norte, pero el problema es que se ve que la tierra por allí se hunde y, por lo tanto, no es apto para construir un centro donde explotar a los turistas, donde entre otras cosas, se encuentra la tienda de recuerdos más cara de toda Noruega.
Lo que se puede ver aquí es el Sol de Medianoche: a las 12 de la noche el Sol desciende hasta la línea del horizonte y apenas la roza, vuelve a ascender. El espectáculo merece la pena, y eso que no lo pudimos ver porque estaba bastante nublado, situación habitual.
Volviendo al continente, la siguiente parada es la ciudad de Alta, famosa por su Museo de los Petroglifos, Patrimonio de la Humanidad. Curioso el grabado de las renas embarazadas. Dos ferrys más y llegamos a la ciudad de Tromsø, ciudad ubicada en una isla y donde se encuentra el Burger King más al norte de Europa...y el más bonito.
1), No! la entrada no es aburrida, es cultural! y sobretodo a mi me ha gustado leerla, porque como ya he estado allí 2 veces me gusta ver lo que has visto tu, que no he visto yo, para repetir una 3º.. ;)
bueno, ultimamente no estoy nada inspirada, comentabas el estado de las carreteras.. al ir yo en coche las 2 veces podría comentar bastante sobre este tema, como experiencia propia.. decir por ejemplo que en Finlandia, conducen muy tranquilos y relajados, haciendo honor a su carácter tranquilón.
y bueno en fin.. muy resumido, tienes mucha razón en que es una zona muy muy recomendable, es más, pienso que todo el mundo debería ir al menos una vez en su vida.
2) por mi parte, lo siento, estoy muy muy vaga y me falta inspiración, pero se sacará de donde sea,con tal de satisfacer a nuestros lectores.
Un beso!
¡Anda! Ya pensaba que el blog habia muerto realmente... le estaba preparando el entierro...
Me alegro mucho de que no sea así.
Las fotografias son una maravilla... ojalà pudiera ver esos paisajes algún dia, aunque el frio no me llama tanto... XD
En fin. Espero leer pronto una nueva entrada.
-- Isis --