31 de julio de 2010

Recomendaciones veraniegas

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Bueno, y aquí estamos.

No es una forma muy decente de comenzar una entrada, pero sí que es resumen y disculpa de mi ausencia durante más de cinco (¿¡¿¡¿cinco?!?!?) meses, con una puntual y nada admirable excepción.

Pero pasemos, sin más demora, al tema que nos ocupa. Que es verano, que tenemos tiempo libre y que lo podemos pasar como más nos apetezca, por ejemplo, con un buen libro. Y hoy me levanté con la autoestima lo suficientemente alta como para pronunciarme positivamente sobre algunos de los que he leído recientemente:


El Quinto Día, Frank Schatzing

Si alguno no se orienta por el título, sí, es el del fondo negro con el ojo azul. Que no es ni novedad ni clásico (publicado en 2006), pero siempre me había llamado la atención la cubierta y...también me emocionaba su grosor, para qué negarlo (algún crítico audaz lo describió como el libro "cubo", por aquello de que es tan alto como ancho). Pero no fue ninguna de estas dos cosas las que hicieron que me cueste encontrar las palabras para describirlo, y el hecho de no querer destriparlo tampoco ayuda mucho.

Es ciencia ficción, evidentemente, pero más ciencia que ficción, porque está tan plagado de detalles técnicos y explicaciones científicas que por momentos a una le asalta la aterradora idea de que eso podría ser verdad.

Pero no sólo lo científico está presente, sino que también tienen importancia otros temas mucho más "humanos", como la traición, el amor, la política, la búsqueda de la propia identidad, etc. Y es que ni los buenos son todos buenos, ni los que son buenos de verdad son unos superhéroes.

Si algún fallo hay que sacarle es el final. Un pelín "sacado de la manga", en mi opinión, aunque después de todo y teniendo en cuenta como se embrolla el asunto (en serio, os reto a que escribáis un final alternativo), queda perdonado.

Eso sí, para leer este libro se necesita tiempo, que aunque enganche, y mucho, siguen siendo 1000 páginas no-ligeras; y tampoco vienen mal algunas nociones de biología (por aquello del ADN y demás componentes celulares).

Y un último consejo: no os encariñéis mucho con ningún personaje. El que avisa no es traidor.


Muerte de la Luz, George R. R. Martin

Hace casi un año que lo leí, y aún no sé exactamente si me convenció o no, y veréis por qué. El autor, el mismo que el de la saga Canción de hielo y fuego, crea todo un universo, con sus planetas, distintas razas y culturas. No falta apenas ningún detalle, desde los rasgos psicológicos de los personajes hasta la descripción de cada una de las ciudades es simplemente excepcional. Tanto que, en cierto modo, parece que el argumento, la historia en sí, se le queda pequeña. Crear un escenario tan grande y tan desarrollado para 300 páginas es...no sé, ¿un derroche?

Pero veo otro motivo por el que este libro no puede dejar a nadie contento, y es porque, esencialmente, es un libro triste. El planeta donde transcurre la acción, antaño lleno de vida, donde cada civilización construyó su propia ciudad característica, se aleja de las estrellas que le dan la vida, está condenado. Y eso es lo que impregna la obra de un tono meláncolico y del sentimiento de irremediable decadencia que resulta casi profético para los pocos habitantes que aún quedan en él, y en especial para el quinteto protagonista.

Curiosa también la forma de mezclar naves espaciales con espadas medievales. Y a pesar de todo lo dicho... sigo pensando que es de lectura obligatoria.


La tregua, Mario Benedetti

Antes de nada, hay que dejar una cosa clara, y es que por norma general no me gusta la novela realista. Me aburre (¿qué tiene de interesante leer algo que puede suceder en el mundo real?), y tampoco es de extrañar si me "crié" con Harry Potter y, sobre todo, Memorias de Idhún.

Pero no pude evitarlo. Después de devorar La tregua (por consejo de Lorena), le siguió Quién de nosotros y La borra del café, las tres novelas escritas por Benedetti, y las tres recomendables. No sé si fue aparente sencillez en la forma de narrar, que esconde reflexiones a tener en cuenta, o el punto humorístico de algunos comentarios, o simplemente lo fácil que es meterse en la historia, en el protagonista (están escritas en primera persona), verlo todo a través de sus ojos, o mejor dicho, de sus palabras; pero lo cierto es que finalmente conquista.

La tregua es novela escrita en forma de diario por un viudo que tiene tres hijos y que está a punto de jubilarse, y cuya vida y prioridades cambian al enamorarse de una compañera de la oficina mucho más joven que él. Al contrario de lo que pueda parecer a primera vista, no tiene nada de morboso ni de cursi.

Era un borracho extraño, con una luz especial en los ojos. Me tomó de un brazo y dijo, casi apoyándose en mí: "¿Sabés lo que te pasa? Que no vas a ninguna parte". Otro tipo que pasó en ese instante me miró con una alegre dosis de comprensión y hasta me consagró un guiño de solidaridad. Pero ya hace cuatro horas que estoy intranquilo, como si realmente no fuera a ninguna parte y sólo ahora me hubiese enterado.


Y ya para finalizar, una recomendación no-literaria. Que es una de mis actuaciones favoritas de Les Luthiers, un poco larga, eso sí, pero acorde con el título: Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto, y de cómo se desenvolvió .



Pasen y vean:









Tenemos un buen café, aromático y sabroso,


café de Rodrigombiaaaaaaaaaaaaaaaa

1 Comentarios:

  • 31 de julio de 2010, 1:26
    Sonia says:

    Siento decirte, que yo mucho tiempo libre no es que tenga xD de hecho todavía tengo sin empezar el que me cogí de la biblioteca.
    Tus recomendaciones no son muy de mi estilo,pero nunca digas "de este agua no beberé" o "este cura no es mi padre"

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