La Tesis de Rata Azul

-Sin duda alguna, las mejores historias de amor son las que te narran...esas que nunca han ocurrido...

-Tienes razón, Rata Azul, la mujer a la que más amé nunca no tiene nombre.

-¿Por qué no se lo das?

-¿No sería un poco enfermizo?

-¿Enfermizo? Bah...no.

-Yo considero que sí...alimentar de esa manera los sueños, es de locos...

-¿Cómo la llamarías?

-No pienso, Rata, no soy todavía un psicópata de tal magnitud como para ir soñándome a una mujer con nombre y esencia...es demasiado senil.

-Venga allá, cosas más seniles has hecho tú, no es por senilidad, es por impotencia y miedo.

-Ajj...no tengo miedo a ponerle nombre a una cosa que no existe.

-¿Cómo la llamarías?

-Supongo que la llamaría Silvia...

-Mmmm ¿Y vuestros hijos serían Rómulo y Remo?

-Pss...¿Hijos?

-Supongo que Silvia, la mujer que más amaste, saldría de algún criadero de ninfas salvajes, con una tiara de flores silvestres enredadas en su salvaje pelo mientras danza desnuda alrededor de ti, Fauno asatirado embriagador de amor y lujuria.

-Rata Azul...es un nombre...

-Es nombre de amante, a pocas esposas se las llamaría Silvia, la amante a la que se huye protegiéndose contra la cotinareidad, aquella que te salva de la vida común y te ofrece el refugio de su cuerpo, abierto como si Dios se volviera chiflado y le quitará el candado al paraíso. Todos tus días en ninguna parte compartiendo tu vida y tus hijos con una extraña a la que llamas esposa –porque es una cadena- para poder disfrutar del viento de la libertad con Silvia, en escondido durante algunos segundos y mientras disimulando tu felicidad...

-Es de locos ponerle nombre ¿no ves? Mira ya han salido los niños, hoy han salido muy tarde.

-Los habrán castigado por alguna tontería...

-Siempre es tu hija la que rompe los platos y el mío...

-El tuyo se ríe y calla, porque algunos reaccionan , y otros sueñan y callan ....como tú y tu Silvia...

***Dedicado a Aaron