4 de noviembre de 2009

Autopromesa

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Hace tiempo me dije a mí misma que no me dejaría ir de este mundo sin haber contemplado con mis propios ojos dos de los fenómenos naturales más bellos e impresionantes que se nos pueden ofrecer, si no los que más. El primero está cumplido y al segundo...le haré esperar lo menos posible

Sol de Medianoche

Básicamente consiste en que es todo el día de día, valga la redundancia. A medianoche el Sol desciende, lentamente, y luego vuelve a subir; cuanto más cerca del solsticio de verano, a mayor altura sobre la línea del horizonte se producirá esta puesta de sol-amanecer.

Tiene que ver con la inclinación del eje terrestre y es visible a partir del Círculo Polar Ártico y subiendo (en latitud) en el hemisferio norte (también en el sur supongo, pero es más famoso el norte...y más habitado).



Es...curioso el efecto que tiene sobre las personas. Al tener tanta luz, no te encuentras cansado/a y resulta difícil dormir. Además existe una hormona que sólo se sintetiza en la oscuridad, la melatonina, cuya falta produce insonmio (esto es echarle leña al fuego), depresión y envejecimiento prematuro.
El fenómeno contrario, la noche polar, en el que es todo el día de noche, tiene también sus consecuencias. El frío y la falta de luz hace que, según leyendas urbanas, los países nórdicos tengan una de las mayores tasas de suicidios.
Conclusión: ir sólo de visita.


Aurora polar


Aurora polar, aurora austral, en el hemisferio sur; aurora boreal, en el hemisferio norte; o luces del norte, si se traduce literalmente del inglés, Northern Lights. El fenómeno es el mismo: partículas procedentes del Sol que al entrar en contacto con la atmósfera, chocan con las moléculas de oxígeno y nitrógeno, liberando energía luminosa.

Las explicaciones más románticas y tradicionales dicen que la aurora es el rastro de chispas que dejaba la cola de un zorro al cruzar los montes nevados, o un sendero que conducía al mundo de los espíritus.

Los colores dependen del gas con el que colisionen: el oxígeno le da el color verde, el nitrógeno el azul, el hidrógeno el rojo...y las formas (arcos, bandas, espirales) se deben al campo magnético terrestre.


















Visto lo visto...la aurora boreal, que es la que nos pilla más cerca, es visible desde octubre hasta marzo, por encima del Círculo Polar Ártico y ya que en hay cabañas con techo de cristal para poder verlas sin pasar mucho frío y tal...
¿Alguien se apunta?
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PD: Ya que estamos tan celestes (¿o será celestiales?), aprovecho para comentar una curiosidad. ¿Quién cuando mira la Osa Mayor fuerza la imaginación hasta que esos 7 puntos tenga forma de oso? ¿No os parece que en realidad tiene forma de carro (lo que ya aprovechó Carrefour hace tiempo para hacer un anuncio)? En realidad, es así. Para los lapones el oso es un animal sagrado, y como tal, bajó de los cielos en una cesta con una cadena de oro. Así que ya os podéis quedar tranquilos si, por mucho que os dijeran, tampoco veías un animal en la constelación.

2 Comentarios to “Autopromesa”

  • 6 de noviembre de 2009, 1:15
    Sonia says:

    Iremos,iremos! yo me apunto;)!

  • 6 de noviembre de 2009, 17:13
    Anónimo says:

    la pena de esto es que hay que irse hasta uno de los polos para verlos....

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